No atendieron a razones, la gran nación de la “libertad” se comportó como un ser irracional, salvaje, y sin escrúpulos. Que aun exista la pena de muerte en este mundo ya es triste, pero si encima la usan al libre albedrio empieza a ser peligroso, y es que la Junta de Perdones y Libertad Condicional del estado de Georgia (EE. UU.) negó la clemencia para Troy Davis, que fue ejecutado mediante una inyección letal por el asesinato en 1989 de un oficial de Policía.
El acusado de 42 años fue condenado en 1991 por la muerte a balazos del agente de Savannah Mark, y en las dos décadas que ha pasado en la celda de condenados a muerte, sus abogados contra viento y marea han agotado todas las apelaciones ante los tribunales, negando una y otra vez la posibilidad de someterse a una prueba de polígrafo para demostrar su inocencia, según ha informado uno de sus abogados.
El portavoz de la Junta, Steve Hayes, ha dicho que el comité rechazó las peticiones de clemencia después de escuchar los testimonios de quienes quisieron evitar la ejecución, así como de la Fiscalía y los familiares del policía asesinado.
Nada más y nada menos que siete de los nueve testigos que en el juicio declararon contra Davis se retractaron de sus declaraciones. Algunos aseguraron que la Policía les coaccionó para que testificasen en su contra, y varios dijeron que fue otro hombre quien mató a MacPhail. Además, no hay pruebas físicas que relacionen al condenado con el crimen.
Cerca estuvo del millón de personas las que firmaron una carta en Internet en la que pedían que no fuese ejecutado debido a las dudas que surgieron respecto a si fue él quien mató al agente Mark MacPhail, hicieron oídos sordos y como si de la edad media se tratase lo ejecutaron!!!
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