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14 agosto 2007

SIN TRAMPAS


Un granjero del sur de Australia advierte de los peligros del amor cibernético (como si esto fuese nuevo) después de haberlo sufrido en primera persona y después de casi perder la vida.
Des Gregor, de 56 años de edad, regresó a Adelaide tras haber estado secuestrado 12 días en el país africano de Malí (dios, hace tiempo que abandono África). Había viajado allí con la idea de casarse con una mujer que conoció por Internet y ya que estaba, recoger 86.000$ del ala por el matrimonio en si.Pero, en cambio, fue secuestrado y la pasta... casi tuvo que pagarla él. Gregor, criador de ovejas, partió hacia Malí en lo que pensaba que sería una aventura exótica y lucrativa, ya que pensaba que se casaría con una chica de unos veintipocos años y encima le soltarían una pasta por ello.
El objeto de su afecto y su posterior desdicha era una mujer que él creía se llamaba Natacha, una refugiada oriunda de Liberia, a quien había conocido en la red y de quien se había enamorado (inocente). El incauto granjero llegó al aeropuerto de Bamako y allí lo recogieron unos hombres que decían ser parientes de Natacha. Los presuntos familiares de la novia, que resultaron gángsters de andar por casa, lo condujeron a un apartamento en la capital, donde desnudaron, encañonaron y amenazaron con tajarle los miembros (brazos y piernas) a golpe de machete. Además, le reclamaron los 86.000$ a cambio de su vida. Los parientes de Gregor dispararon la alarma cuando comenzaron a recibir extraños correos electrónicos donde el rehén pedía dinero. Fue entonces que las autoridades australianas decidieron resolver el caso por cuenta propia. De alguna forma consiguieron convencer a los secuestradores de que Gregor recogería el dinero del rescate de la embajada canadiense. De allí fue que la policía australiana lo rescató, después de 12 angustiosos días en cautiverio. El fraude en Internet es común en África Occidental, y muchos australianos se preguntan cómo fue que Gregor resultó engañado. Sus parientes opinan que estaba "cegado" por el amor cibernético, yo opino que no tiene muchas luces… y que habría que ir pensando en quitarle a este hombre el ADSL antes de que monte otra más gorda y más seria!!!

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